Hatha Vinyasa Yoga

Las clases de Hatha Vinyasa Yoga para adultos están dirigidas a personas desde los 18 años en adelante, y no existe límite de edad máxima, a pesar de que tienen un importante componente de esfuerzo físico. En nuestras clases coinciden alumnos/as de 20 con alumnos/as de 70 años.

No son clases indicadas para personas con restricciones médicas para la actividad física moderada o intensa, o con dificultad de movimientos. En estos casos, al igual que en los casos de embarazo, se requieren unas clases específicas. Recomendamos siempre consultar a la instructora cualquier duda al respecto.

No es necesario tener elasticidad, ni tener una buena condición física o experiencia previa

El Yoga es un método de mejoramiento humano a partir de la autoobservación, el autoconocimiento y la autotransformación, y la parte física del yoga tiene por objeto precisamente cultivar esas cualidades a partir de una mayor consciencia corporal, en un camino hacia nuestro propio interior.

El Yoga se adapta a todo tipo de personas, y es un trabajo/experiencia absolutamente individual y personal. Cada persona tiene su propio ritmo, y con el tiempo y la práctica nos enseña a escuchar y conocer nuestro propio cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones.

Las clases comienzan con un pequeño centramiento para acostumbrar el cuerpo a la posición de meditación, luego tras un pequeño calentamiento entramos en las secuencias de Ásanas (generalmente de tipo Vinyasa), para terminar con una relajación en la que se asimilan todos los efectos de la práctica.

Se suelen incluir también ejercicios de respiración (Pranayamas) y ejercicios de Yoga con las manos (Mudras).

Recomendaciones para una buena práctica

  • Es recomendable que lleves tu propia esterilla, por una cuestión de higiene. También se recomienda llevar bloque y un cinturón de Yoga. Te serán muy útiles y te ayudarán a ir ganando profundidad en muchas de las posturas.
  • Con el calor lleva toalla para secarte el sudor, y una ropa que no apriete ni dificulte los movimientos.
  • Con la llegada del frío es aconsejable también llevar una manta para no enfriarse en la relajación al final de la clase.
  • Es mejor ir con el estómago ligero. Trata de no ingerir comidas abundantes al menos 2 horas antes de la clase.
  • Acude unos minutos antes del inicio; así podrás prepararte con calma para la clase. Trata de aparcar por un tiempo todas tus preocupaciones y/o conversaciones, y comienza a prepararte interiormente y a centrarte en tí mismo/a antes del inicio de la clase.
  • Si llegas durante el centramiento inicial, espera en silencio a que finalice o a que la instructora te dé alguna indicación.
  • Si tienes ese día o con regularidad alguna molestia o singularidad física (menstruación, dolor articular, migrañas, etc), es conveniente que informes de esta situación a la instructora.
  • Observa y escucha con atención las instrucciones de la profesora y no tengas prisa por realizar las asanas. Un error habitual es fijarse en los compañeros/as y tratar de seguir su ritmo, sin reparar en que cada persona tiene una condición natural distinta o en el tiempo que puedan llevar practicando. Cuando caemos en este error, nos acercamos más a la lesión que al beneficio. El Yoga no es competición, es escucha y conocimiento interior. Cada persona tiene su ritmo, pues parte de una condición particular, lo cual tampoco significa que no tenga que esforzarse. Al principio el desánimo o la frustración pueden aparecer, pero con la práctica y la constancia irás ganando en elasticidad, rango de movimientos y fuerza física, tu capacidad de concentrar tu atención en tu cuerpo aumentará y las posturas fluirán con menor esfuerzo.
  • Si te cuesta mucho mantener la postura, descansa, y si puedes, trata de volver a ella. Es un proceso.
  • La respiración es un aspecto fundamental en yoga; siempre se inhala y se exhala por la nariz, procurando que la respiración sea siempre calmada. La inhalación debe ser lenta, profunda y pausada, y la exhalación ha de ser suave y continua, intentando alargarla para vaciar los pulmones por completo, aumentando así nuestra capacidad pulmonar.
  • En determinadas ocasiones la instructora realizará ejercicios de respiración específicos (pranayamas), dando las indicaciones oportunas en cada caso.
  • Al finalizar la clase, tras la relajación final, trata de mantener la calma interior, e intenta no salir con prisas ni desconectar de ese silencio interior para comenzar conversaciones intrascendentes en ese momento.
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